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OGM en alimentos: ¿estoy informado? Desde 1997, los fabricantes tienen la obligación de mencionar la presencia de OGM en los productos alimenticios. Sin embargo, no era posible, por ejemplo, distinguir la carne de un animal alimentado con OMG o alimentado sin OMG. Las reglas para el etiquetado de productos que contienen OGM fueron redefinidas por el decreto del 31 de enero de 2012. ¿Cómo se indica esto? ¿Qué alimentos se ven afectados?

¿Cómo se indica?

 

Siguiendo el decreto del 31 de enero de 2012 , que entrará en vigor el 1 de julio de 2012, la etiqueta del producto debe mencionar en la lista de ingredientes si el producto contiene organismos genéticamente modificados (OGM), o si fue elaborado a partir de OGM. Para saber si un alimento contiene OMG o se ha producido a partir de OMG, es necesario consultar la etiqueta del producto. Si el alimento es preenvasado, la información aparece en el material de empaque, de manera permanente y visible. Si el alimento no está preenvasado, esta información debe mostrarse en el estante.

Alimentos que deben indicar la presencia de OMG

 

Se dividen en cuatro categorías principales:
– alimentos de origen vegetal destinados al consumo humano (como el maíz o la harina);
– alimentos de origen animal como, por ejemplo, carne y huevos;
– alimentos destinados al consumo de mascotas;
– alimentos procesados, es decir, alimentos que no se consumen directamente pero que acompañan a los alimentos que comemos (como los aceites que se utilizan para cocinar los alimentos).

¿Cuándo no hay requisito de etiquetado?

 

De hecho, el etiquetado no es obligatorio para todos los alimentos cuya presencia de OMG sea inferior al 0,9 %, que es el umbral de detección de OMG. Por lo tanto, esto significa que uno puede consumir OGM sin saberlo, ya que nada obliga al vendedor a informar su presencia por debajo de este umbral.

¿Cómo consumir sin transgénicos?

 

Para consumir sin transgénicos, es recomendable comprar productos de agricultura ecológica. También puedes consumir productos marcados con la mención “GMO-free”. La colocación de esta declaración garantiza que se excluye la presencia de cualquier rastro de OGM y que no se ha utilizado ningún OGM o derivado de OGM en ninguna etapa de la fabricación. De lo contrario, existen ciertos productos etiquetados AOC (Appellation d’Origine Contrôlée), cuyas especificaciones excluyen el uso de OGM. En el caso de los alimentos de origen vegetal o animal, si en la etiqueta se indica un 0,1 % de OMG, generalmente se considera «libre de OMG».

NÓTESE BIEN

 

Las reglas de etiquetado para productos que contengan o no organismos modificados genéticamente (OGM) se modificaron a partir del 1 de julio de 2012: la presencia de OGM en un producto alimenticio debe informarse al consumidor.
A partir de ahora, la normativa hace obligatorio el etiquetado, sea voluntario o no el uso de OMG, y refuerza la información sobre los sectores “libres de OMG”.
Los umbrales de tolerancia a la presencia de OMG son diferentes en función de los ingredientes utilizados en la fabricación del producto:
– para ingredientes de origen vegetal (harina, almidón, lecitina, etc.), se puede utilizar la mención “sin OMG” si provenir de materias primas que contengan un máximo de 0,1% de OGM;
– para los ingredientes de origen animal (leche, carne, pescado, huevos) la etiqueta debe especificar si el animal ha sido “alimentado sin OMG (<0,1 %)” o “alimentado sin OMG (<0,9 %)”, sabiendo que más allá de estos umbrales, no se autoriza la mención “sin OMG”;
– los ingredientes de origen apícola (miel, polen) pueden etiquetarse como “libres de OMG en un radio de 3 km”.
Estas afirmaciones aparecen con mayor frecuencia en la lista de ingredientes, o cuando el ingrediente estrella representa más del 95 % del alimento, en el frente del paquete.

Corresponde a Francia defender su prohibición, a nivel europeo, cuando se demuestra un peligro en vista de las conclusiones sobre la nocividad del maíz transgénico en ratas, durante un estudio de choque, realizado el 19 de septiembre de 2012. Incluso si la ciencia comunidad no esconde su escepticismo, sin embargo llama a la mayor cautela.
Así, se mantiene la moratoria al maíz transgénico de Monsanto. Los riesgos son tanto mayores cuanto que, si Francia no cultiva OGM, los importa para alimentar sus granjas. El 80 % de los animales de granja franceses consumen cereales importados que contienen OMG.
De ahí a calificar a los transgénicos como venenos, ¡solo hay un paso!

Bufete de abogados DAMY