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La redacción del contrato de arrendamiento comercial es un momento importante tanto para el arrendatario como para el arrendador. Gracias al acto del abogado, las dos partes consiguen puntos muy concretos que pueden resultar controvertidos, como el inventario o la resolución del contrato de arrendamiento.

 

La actividad declarada:

 

La actividad mencionada en el contrato de arrendamiento suele ser muy restrictiva. El arrendatario debe, por tanto, extremar la vigilancia en la redacción de esta cláusula. Si desea extender su actividad a una actividad relacionada, la escritura del abogado puede tener esto mencionado muy claramente en el contrato de arrendamiento. Si no lo ha hecho, el arrendador puede exigir, a cambio, un subsidio de desespecialización, o incluso un aumento del alquiler. Cada nueva actividad puede ser objeto de litigio. Por tanto, es necesario definir claramente las actividades en el contrato de arrendamiento: las existentes el día del contrato y las que podrían ser posteriores.

 

Un segundo estado de cosas:

 

El arrendamiento comercial impone casi sistemáticamente un inventario contradictorio a la firma del contrato de arrendamiento. Al final del contrato de arrendamiento, a menudo se requiere que el arrendatario devuelva las instalaciones a su estado original. En caso de obras de urbanización autorizadas por el arrendador, es más prudente, por tanto, hacer una declaración contradictoria con el acta notarial, es decir, un segundo inventario tras la finalización de la obra. En este caso, la devolución del local se realizará de acuerdo con este segundo inventario y no con el inventario original.

 

¿Quién paga el trabajo?

 

Con la ayuda del abogado, se asesora a las dos partes en la redacción de una cláusula en la que se especifican todas las degradaciones que serían susceptibles de sufrir las grandes obras a cargo del arrendador, so pena de que el arrendatario asista económicamente. tenue. En cuanto a los trabajos prescritos por la administración, tales como trabajos relacionados con las normas de seguridad y salud, se tratan como reparaciones necesarias por fuerza mayor y, por lo tanto, son responsabilidad del arrendador. En cambio, si estos trabajos son consecutivos al uso de las instalaciones, son responsabilidad del arrendatario. Es imprescindible hacer constar en la escritura con precisión las facilidades previstas por el arrendatario para ejercer su actividad.

 

Falta de pago:

 

Se debe incluir una cláusula de rescisión en la escritura que permita la rescisión automática del contrato de arrendamiento en caso de impago. Pero esta cláusula no es suficiente y es necesario agregar una mención que especifique que el arrendador sólo puede invocar la resolución del contrato de arrendamiento a condición de haber notificado previamente una orden de pago por medio de un agente judicial. Se concede un plazo al arrendatario.

Bufete de abogados DAMY , Niza, derecho comercial, actualización 2022