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Auto-emprendedor : el estatus es atractivo… pero  presenta  ciertos riesgos que es mejor conocer antes de emprender. ¿Cuáles son las trampas a evitar y  los posibles remedios  ?

Costos de operacion :

Los gastos de funcionamiento no se deducen sobre la base de los costes realmente contraídos, sino que se establecen a tanto alzado. Esta situación penaliza a los autoemprendedores cuya actividad genera costes importantes o que tienen que hacer frente a fuertes inversiones (herramientas, informática, gastos de viaje, etc.). La situación es tanto más problemática cuanto que los gastos de explotación absorben la totalidad de la facturación. En este caso, el autoempresario no genera beneficios pero sigue sujeto a impuestos sobre su volumen de negocios.

Responsabilidad ilimitada:

El autoempresario responde ilimitadamente sobre su patrimonio personal de las deudas contraídas en el ejercicio de su actividad profesional. Este es un riesgo a tener en cuenta para las actividades que requieren préstamos.

Un problema de imagen:
En uso, se ha observado que la ausencia de registro y la exención del IVA para los autoempresarios pueden provocar la desconfianza de ciertos clientes.

El empleado disfrazado:
tenga cuidado de no colocarse en una situación laboral disfrazada. Algunos empresarios intentan convencer a sus empleados de que renuncien y luego continúen con su actividad bajo la condición de autoempresario.
Por lo tanto, trabajan para un solo cliente (su antiguo empleador) que puede terminar su relación sin previo aviso. Por lo tanto, no tienen recurso y, al no contribuir al régimen del seguro de desempleo, no reciben compensación.

El techo de facturación:
Algunos autoempresarios se encuentran atrapados por haber calculado mal el techo de facturación autorizado por debajo de unos pocos cientos de euros. Pueden abandonar el sistema sin darse cuenta. Por lo tanto, es necesario anticipar la salida del régimen y pensar en el próximo estatus a adoptar si la actividad llegara a desarrollarse.

Nota:
En materia de seguros, no existe una especificidad para el empresario autónomo: como para cualquier empresa, existen seguros obligatorios y seguros recomendados, en materia de responsabilidad civil profesional.
Según la actividad que se desarrolle, existen seguros obligatorios como el seguro de responsabilidad civil decenal que atañe a los oficios de la construcción.
En cuanto a los vehículos utilizados en un contexto profesional, es obligatorio cubrirlos con una garantía de responsabilidad civil, cualquiera que sea su uso: transporte de productos o personas.
Además, aunque no sea estrictamente obligatorio, se recomienda encarecidamente contratar un seguro de responsabilidad profesional. En efecto, como cualquier profesional, el trabajador por cuenta propia es responsable de los daños causados ​​por él mismo, sus locales y su equipo profesional, así como por los objetos vendidos, fabricados, reparados o instalados.

Bufete de abogados DAMY , Niza, actualización 2022