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Mínimo esfuerzo del Estado hacia los consumidores con el anuncio de una plusvalía de 3 euros por lleno de 50 litros hasta finales de noviembre de 2012, pero ¿a qué precio? “Los precios en surtidor bajarán hasta 6 céntimos de euro”, anunció el pasado 28 de agosto el ministro de Economía y Hacienda, Pierre Moscovici, tras el compromiso asumido por el Estado de rebajar 3 céntimos de euro los impuestos sobre el crudo. El resto de la disminución correrá a cargo de los petroleros.
Esta medida es «aplicable en un plazo de 24 horas», ha anunciado el ministro que ha querido mostrar su determinación de que se aplique la medida acudiendo personalmente a una gasolinera a comprobarlo a partir del 29 de julio.
«Concretamente, será 1,50 euros inferior a la factura de 25 litros en el depósito», para una factura de «más de 300 millones de euros» que corren los presupuestos del Estado.
Este anuncio sigue a la sesión de negociación del 28 de agosto con los productores y distribuidores de combustible. Las empresas petroleras se han comprometido a “frenar la subida de precios mediante un esfuerzo común, significativo y de reducción, compartido entre el Estado y las empresas petroleras”. En cuanto a las distribuidoras, acordaron “recortar sus márgenes. Sin embargo
, en los cuatro departamentos de ultramar en los que se aplican controles de precios, ya la espera de los resultados de estas negociaciones, no habrá cambios en los precios de los combustibles, precisó el Ministro de Ultramar.
A fines de noviembre, cuando finalice el acuerdo, se realizarán nuevas negociaciones para que se revisen “las cosas” “de una manera más estructural”. Claramente, el Gobierno se daría 3 meses para crear un nuevo modelo de tributación de los productos energéticos.
“Tres meses es la forma de darnos tiempo para poner en marcha un mecanismo más sostenible (…) Porque es un cambio de sociedad hacia el que debemos ir. Una sociedad de sobriedad que debemos construir juntos”, dijo.
Y hablando de «sobriedad», el Gobierno ya anuncia el color. Los impuestos a los combustibles no están destinados a desaparecer, ni a reducirse permanentemente.
Incluso podrían ser variables en el futuro en función de la cantidad de combustible consumido. Así, el consumidor que conduce un 4X4 que consume mucha energía en gasolina pagaría más impuestos que el consumidor que conduce un automóvil pequeño de ciudad equipado con “stop and go”. ¿Podríamos entonces ver la multiplicación de surtidores de gasolina con un caudal tope de 25 litros de combustible, por ejemplo, a un precio determinado por litro, y otros surtidores de gasolina con caudal ilimitado con un precio por litro más elevado?
Para las distribuidoras, esta medida no tendría ningún costo y sería de aplicación inmediata, en casi todo el territorio, porque en épocas de escasez de combustible (por ejemplo, tras la huelga de los transportistas de combustible por carretera), los sistemas informáticos que gestionan los surtidores pueden ya estableció un tope de débito.

Sociedad de Abogados, maestro DAMY, abogado del colegio de abogados de Niza – Costa Azul.

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