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¿Va a firmar un contrato de alquiler, un arrendamiento comercial o una fianza, y quiere estar seguro de que está “legalmente correcto”? La escritura de abogado puede ser la garantía que necesitas. Manual.
¿ Cuál es la escritura del abogado ?
Hasta el año 2011, sólo existían dos formas de escrituras en nuestro derecho:
– la escritura pública auténtica, redactada por un notario cuya condición de funcionario público le otorga cierta fecha y fuerza ejecutiva;
– la escritura privada, redactada y firmada directamente por las propias partes o por un tercero que las represente.
Con el fin de ofrecer mayor seguridad jurídica a las personas físicas y jurídicas, el legislador ha ideado una nueva categoría de escritura privada, la escritura de abogado, fechada íntegramente y refrendada por el o los abogados de las partes. .
Mediante su firma, el abogado certifica que ha informado plenamente a sus clientes de las consecuencias jurídicas del acto. Garantiza así la realidad e integridad del consentimiento de los firmantes y compromete su responsabilidad al respecto.
El acto de abogado supone que todas las partes han sido asistidas, ya sea cada una por su propio abogado, o por un solo abogado que debe poder justificar su papel como abogado común.
Finalmente, el abogado tiene la obligación de conservar y archivar las escrituras que ha refrendado para sus clientes.
El acto de abogado: ¿cuáles son las ventajas?
El acto del abogado ha reforzado la fuerza probatoria.
En primer lugar, “autentifica la escritura y la firma” de las partes (art. 66-3-2 L. 28 de marzo de 2011). El abogado debe verificar la identidad y calidad de los firmantes. Al colocar su firma, certifica el origen del documento.
Si una de las partes alega que su firma o su escritura son falsificadas o que su identidad ha sido usurpada, deberá cumplir con el procedimiento de falsificación previsto en los artículos 299 a 302 del Código de Procedimiento Civil.
En segundo lugar, será también más difícil invocar la nulidad del acto por falta de consentimiento en la medida en que cada firmante haya sido asistido y se presuma que lo ha realizado con pleno conocimiento de causa.
Otra ventaja significativa, la escritura de abogado está “exenta de toda nota manuscrita exigida por la ley” (art. 66-3-3 L. 28 de marzo de 2011). El formalismo de muchos actos se aligera considerablemente y el riesgo de disputa se reduce en consecuencia.
La exención de mención manuscrita se aplica en particular al reconocimiento de deuda (art. 1326 Código Civil), la renuncia a la condición suspensiva de una hipoteca (art. L. 312-17 Código del Consumo), el compromiso de fianza en garantía de una crédito al consumo o una hipoteca (art. L. 313-7 y L. 313-8 Código del Consumo), al compromiso de caución a favor de un prestamista profesional (art. L. 341-2 y L. 341-3 Código del Consumo) ) o la garantía de una deuda de alquiler de un contrato de arrendamiento para uso residencial (art. 22-1 de la ley de 6 de julio de 1989).
El acto de abogado: ¿para qué?
En un entorno donde la evolución y la tecnicidad de las normas jurídicas son factores de inestabilidad e incertidumbre, el acto de abogado constituye una apreciable innovación y una garantía para el litigante porque aporta un factor de seguridad jurídica.
Está destinado a intervenir en todas las áreas del derecho y se refiere a la mayoría de los actos y contratos que marcan la vida de las empresas y las personas.
Su ámbito de aplicación abarca el derecho de familia (pactos de familia, PACS, testamentos, etc.), derecho laboral (contrato de trabajo, transacción, etc.), derecho inmobiliario (arrendamiento de vivienda y arrendamiento comercial, promesa de venta, etc.). En derecho mercantil, asegurará numerosos contratos (franquicia, distribución, licencia, prestación de servicios, transferencia de fondos, etc.) y actos societarios (estatutos, transmisión de acciones, pacto de socios, garantía de activo y pasivo, etc.) .
Bufete de abogados DAMY, Niza, actualización 2022